¿Somos el Grinch de la Navidad?
En estos días de Navidad se habla mucho sobre si las personas neurodivergentes lo pasan peor en esta época. Tan cierto es que no hay dos personas iguales como que tampoco hay dos personas neurodivergentes iguales.
Ahora bien, la época navideña en nuestra sociedad conlleva una serie de desafíos que pueden ser especialmente abrumadores para personas con altas capacidades u otras neurodivergencias.
En nuestra sociedad si algo tienen las Navidades es que son TOO MUCH, son demasiado “demasiado”.
En stories os hemos preguntado sobre ello y sois muchas las personas que habéis compartido con nosotras qué es lo que más os cuesta de las navidades.

En este post, vamos a comentar algunas de ellas que presentan un mayor desafío:
- Sobre-estimulación sensorial. La hipersensibilidad es un rasgo que comparten muchas personas ACI y neurodivergentes. La Navidad conlleva hiperestimulación a nivel de muchos sentidos:
- Música repetitiva de villancicos por las calles, petardos, tumulto de gente, reuniones familiares…
- Luces brillantes, parpadeantes…
- Comidas que no solemos comer a lo largo del año multitud de texturas diferentes…
- Conflictos familiares. Esta época puede suponer relacionarte con personas que cuestionan o te invalidan por la neurodivergencia. Frases como “Ahora todos somos un poco autistas” o “Te creerás Einstein por el test de inteligencia” son solo ejemplos de “cuñadismos” nada alejados de la realidad. La invalidación y la incomprensión reabre heridas que están ahí desde hace mucho y no siempre fácil transitarlo.
- Sobremesas superficiales. Las conversaciones superficiales pueden suponer mucho más que aburrimiento para muchas personas con altas capacidades o TEA. Muchas veces les genera mucha ansiedad o incluso sensación de vacío o confusión. La sensación de perder el tiempo o de contribuir a la hipocresía social puede ser especialmente molesto y agotador.
- Agotamiento social. El exceso de interacción social en tan poco tiempo puede suponer un desafío enorme para muchas personas. Obligarse a ello sin prestar atención a las señales internas de agotamiento puede acabar en desregulación emocional o incluso en meltdowns o shutdowns.
- Conflicto de valores. La honestidad e integridad son valores que están muy presentes en las personas con ACI. El choque de valores puede ser especialmente abrumador, ya que la Navidad promueve valores como la generosidad y la ayuda al prójimo y choca con el consumismo excesivo o los conflictos familiares que ocurren. Esto puede reflejarse en ejemplos como aceptar regalos que no quieres, sentirte obligado a regalar por compromiso o asistir a reuniones a las que nunca irías si no es Navidad.
- Falta de rutina. No solamente en peques, la rutina para personas neurodivergentes puede tener un peso importante. Las vacaciones, el cambio de horarios, de alimentos, o rodearte de personas que no ves desde hace un año puede ser un desafío abrumador.

¿Y qué pasa con los peques?
El exceso de emociones de estos días hará que su intensidad emocional se intensifique. La emoción ante los regalos, los nervios… las emociones se multiplican por 100.
Los ruidos, multitud de conversaciones, luces, comidas nuevas… más de los mismo.
Pueden mostrarse especialmente movidos, tratando de canalizar sus emociones mediante el movimiento (saltando en el sofá, corriendo…).
Los regalos relacionados con sus intereses y curiosidades estimularán esta curiosidad, a veces, insaciable. Pero el síndrome del niño hiperregalado puede también multiplicarse por 1000, cuidado con esto.
La Navidad es época de magia e imaginación (Papá Noel, Caga Tió, Reyes…), todo ello les hará estar imaginando y haciéndose preguntas continuamente.
Tips que nos pueden ayudar a peques y mayores:
- Elige a dónde ir. A veces nos autoimponemos ir a todas las celebraciones y hay algunas que nos las podemos saltar.
- Si estamos de vacaciones, es evidente que se pierden rutinas. Pero podemos procurar mantener una rutina del sueño aunque variemos la hora.
- Intercala días de celebración, con días de «casa, sofá y manta» o días de naturaleza.
- Si hay peques en casa, anticípales qué harán al día siguiente y explícale cada novedad. Ir preparados les hará ganar tranquilidad.
- Evita, en la medida de lo posible, que sean hiper-regalados. Habla con la familia y comenta la importancia de esto.
0 comentarios